¿Sabías que tu salario puede no ser solo dinero? Muchas empresas ofrecen una serie de beneficios en especie que se suman a tu remuneración. Pero, ¿qué implica esto realmente? Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el salario en especie, sus limitaciones y sus implicaciones fiscales.
Qué es el salario en especie o retribución flexible
El concepto de salario en especie, también conocido como retribución flexible, se refiere a la remuneración que un trabajador recibe en forma de bienes o servicios en lugar de dinero. Aunque la mayoría de las personas asocian su salario únicamente con el dinero que reciben mensualmente, las empresas pueden ofrecer también otras formas de compensación.
Este tipo de salario puede ser acordado a través de convenios colectivos, contratos de trabajo o mediante acuerdos individuales entre el trabajador y la empresa. Sin embargo, es fundamental que el salario en especie no sea impuesto de manera unilateral por la empresa, salvo que esté estipulado en el convenio correspondiente.
Límites del salario en especie
La legislación estipula que el salario no puede ser completamente en especie. Es decir, la retribución en especie no debe superar el 30% del total del salario. Asimismo, el salario en efectivo no puede ser inferior al salario mínimo interprofesional (SMI).
Ejemplo: Si el salario de Juan es de 1.200 euros al mes, podría recibir hasta 360 euros en especie, siempre que sus 840 euros en efectivo cumplan con el SMI.
Cualquier acuerdo que modifique estos límites es considerado nulo, así que es crucial que tanto la empresa como el trabajador tengan claro cómo se estructura la remuneración.
Ejemplos de salario en especie
El salario en especie puede adoptar diversas formas. Aquí hay algunos ejemplos comunes que las empresas suelen ofrecer:
- Transporte a la empresa: Algunas empresas facilitan el traslado de sus empleados mediante autobuses o vehículos de empresa.
- Tickets de restaurante: Se otorgan para que los trabajadores puedan cubrir sus comidas durante la jornada laboral.
- Coche de empresa: Los empleados pueden usar vehículos de la empresa, incluso para uso personal.
- Vivienda: Algunas empresas proporcionan alojamiento, ya sea gratuito o a un precio reducido.
- Planes de pensiones o seguros médicos: La empresa paga las primas de estos seguros en beneficio del empleado.
- Acceso a cursos: Formación continua que no necesariamente está relacionada con el puesto de trabajo.
- Plazas de parking: Espacios reservados para empleados que pueden utilizar fuera del horario laboral.
Cómo identificar cuándo es salario en especie y cuándo no
La línea entre el salario en especie y otros beneficios puede ser difusa. Para determinar si un beneficio es salario en especie, se puede considerar lo siguiente:
- Si un coche es utilizado exclusivamente para actividades laborales, no es un salario en especie. Sin embargo, si el empleado puede usarlo también en su tiempo libre, entonces sí lo es.
- Un teléfono móvil de empresa es solo una herramienta de trabajo si es usado únicamente para cuestiones laborales; si se permite su uso personal, cuenta como salario en especie.
- Las dietas son compensaciones por gastos incurridos durante el trabajo, mientras que los tickets de restaurante son un salario en especie.
- Los cursos de formación obligatorios no se consideran salario en especie, mientras que aquellos que son opcionales sí.
- Una cafetería en el lugar de trabajo no implica salario en especie a menos que los alimentos sean gratuitos o significativamente más baratos que en el mercado.
Cómo se valora el salario recibido en especie
El salario en especie se debe reflejar de manera clara en la nómina del trabajador. De esta manera, se debe indicar el valor económico de cada uno de los beneficios recibidos. Por ejemplo:
Salario Base: 1.000 €.
Plus Convenio: 350 €.
Coche de empresa: 250 €.
Cheques de comida: 162 €.
En este caso, el trabajador recibiría una nómina total de 1.762 €, donde 1.350 € son en efectivo y 412 € en especie. Sin embargo, calcular el valor de algunos beneficios como el coche o la vivienda puede ser más complejo y debe seguir las normativas establecidas.
El salario en especie es salario a todos los efectos: cotiza y tributa
El salario en especie no está exento de obligaciones fiscales. Este tipo de retribución debe ser considerado para calcular la base de cotización a la Seguridad Social y también está sujeto a retenciones de IRPF. Por lo tanto, es esencial que tanto el trabajador como la empresa estén al tanto de las implicaciones fiscales que esto conlleva.
Desde 2014, la legislación establece que el salario en especie debe ser incluido en el cálculo de prestaciones como el desempleo. La empresa también debe realizar las retenciones fiscales correspondientes y el trabajador debe declarar estos ingresos en su declaración de la renta.
¿Es mejor o peor tener salario en especie?
La efectividad del salario en especie depende de las necesidades individuales del trabajador y de la naturaleza de los beneficios ofrecidos. Por ejemplo, un trabajador con hijos puede encontrar muy valioso un beneficio relacionado con guardería, mientras que un empleado sin hijos podría no beneficiarse tanto.
Además, ofrecer beneficios como plazas de parking o servicios de transporte puede aumentar la calidad de vida del empleado. Las empresas pueden beneficiarse de una fuerza laboral más satisfecha, lo que puede llevar a una mayor retención de talento.
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