Herencias y nacionalidad: aplicar ley personal en sucesión España

Cuando se trata de herencias y sucesiones, las normativas pueden ser complejas, especialmente en un entorno europeo donde las leyes varían de un país a otro. Si resides fuera de tu país de origen o si tus bienes están repartidos en diferentes naciones, es fundamental entender cómo aplicar la ley que más te favorezca en la distribución de tu herencia. A continuación, exploraremos en profundidad las implicaciones del Reglamento Europeo de Sucesiones y cómo puedes gestionar tu herencia de acuerdo con tu nacionalidad o residencia habitual.

Reglamento europeo de sucesiones: ley de la residencia habitual por defecto

El Reglamento (UE) 650/2012, conocido como Reglamento de Sucesiones o Reglamento Europeo, establece un marco común para la resolución de conflictos de leyes en materia de herencias en la mayoría de los países de la UE. Este reglamento no se aplica a Reino Unido, Irlanda y Dinamarca, que tienen normativas propias en esta materia.

Según este reglamento, la regla general es que la ley que rige la sucesión es la del Estado en el que el causante tenía su residencia habitual en el momento de su fallecimiento. Por ejemplo, si un ciudadano alemán muere en España, se aplicará la ley española a su herencia, independientemente de la nacionalidad de los herederos o de la ubicación de los bienes. De igual forma, un español fallecido en Francia estará sujeto a la ley francesa para la distribución de su patrimonio.

Sin embargo, es importante señalar que esta regla puede tener excepciones en ciertos casos donde existan vínculos más estrechos a otro país. En general, la norma que prevalece es la residencia habitual, con la nacionalidad no siendo un factor determinante a menos que se opte por una alternativa permitida por el reglamento.

La professio iuris: elegir la ley de la nacionalidad

El Reglamento 650/2012 introdujo el concepto de professio iuris, que permite a un individuo elegir que la ley de su nacionalidad rija su sucesión, en lugar de la del lugar de residencia. Esta elección debe hacerse explícitamente en el testamento, ya que no se considerará válida si se presume.

Por ejemplo, un ciudadano argentino que reside en Valencia puede optar por que su herencia se rija por la ley argentina. Esto significa que el régimen sucesorio argentino, que puede ofrecer más libertad en la distribución de bienes, se aplicaría en lugar de la estricta legítima que impone el Código Civil español. Esta opción es particularmente útil para quienes desean tener más control sobre la gestión de sus bienes tras su fallecimiento.

Para quienes poseen doble nacionalidad, la ley permite elegir entre cualquiera de los Estados cuya nacionalidad posean. Por ejemplo, un individuo con nacionalidad británica y alemana que resida en España podría optar por la ley inglesa, que ofrece mayor libertad testamentaria, o por la ley alemana, que tiene ciertas reservas para los herederos. Esta flexibilidad es muy valiosa, especialmente para expatriados provenientes de sistemas legales que ofrecen más libertad en la disposición de sus bienes.

Es crucial recordar que la elección de ley abarca toda la sucesión, y no se puede seleccionar leyes diferentes para distintos bienes. Además, aunque se elija una ley extranjera, ciertos principios de orden público del país donde se encuentran los bienes seguirán siendo aplicables.

Nacionalidad española y residentes en el extranjero

En el contexto opuesto, también es relevante considerar a los ciudadanos españoles que residen en el extranjero. Si un español muere en Suecia, por defecto se aplicará la ley sueca a su herencia. Sin embargo, al igual que los extranjeros en España, un español puede optar por que se aplique la ley española a su sucesión. Esto es especialmente útil cuando las leyes del país de residencia difieren significativamente de las españolas, como en el caso de que el cónyuge herede todo si no hay testamento en Suecia.

Es importante tener en cuenta que España tiene diferentes leyes civiles forales en diversas comunidades autónomas, como Cataluña o Galicia. Al elegir la ley nacional, se hace referencia al país, pero en el caso de España, se puede interpretar que se aplica la ley civil concreta del testador. Por ejemplo, un navarro que elija «ley española» podría estar refiriéndose a la ley foral navarra si es la que le corresponde.

Consideraciones sobre la elección de la ley personal en herencias

La elección de la ley personal no siempre es la mejor opción para todos. La conveniencia de esta elección depende de múltiples factores, incluyendo la situación familiar y las leyes vigentes en cada jurisdicción. A continuación, se presentan algunos ejemplos prácticos que ilustran esta complejidad:

  • Ciudadano francés en Alicante: Tanto la ley francesa como la española establecen legítimas para los hijos. Si este ciudadano desea que su cónyuge herede todo, la opción de elegir la ley española podría ser beneficiosa, ya que permite el uso de pactos sucesorios.

  • Ciudadano británico en Málaga: La ley británica no impone legítimas obligatorias, mientras que la española sí. Por lo tanto, si el ciudadano británico busca tener libertad total en la disposición de sus bienes, debería optar por la ley británica.

  • Ciudadano español en Alemania: La ley alemana reserva un 50% de la herencia para hijos y cónyuge, mientras que en España el porcentaje es del 66%. Dependiendo de la distribución que desee, podría convenirle más la ley española o la alemana.

La professio iuris se convierte así en una herramienta de planificación sucesoria que permite adaptar la legislación a las necesidades y deseos del testador. Muchos expertos recomiendan su uso para evitar que se apliquen normativas restrictivas que no correspondan con la voluntad del fallecido. Sin embargo, es esencial recordar que elegir una ley no exime de la obligación de pagar impuestos en España por los bienes ubicados allí, y el proceso sucesorio español seguirá siendo necesario.

Aspectos fiscales de recibir una herencia del extranjero

Recibir una herencia del extranjero implica también considerar las obligaciones fiscales que se derivan de esta. En muchos casos, los herederos deben hacer frente a impuestos tanto en el país del fallecido como en el país de residencia del heredero. Por eso, es vital tener claro cuál es la normativa aplicable y cómo se gestionan estos tributos.

Los impuestos que pueden surgir al recibir una herencia del extranjero incluyen:

  • Impuesto de Sucesiones y Donaciones: Este es el impuesto principal que se debe pagar en España por recibir bienes o derechos de una herencia. Las tasas varían según la comunidad autónoma.
  • Impuestos en el país de origen: Dependiendo de la legislación del país donde se generó la herencia, es posible que también haya que pagar impuestos allí, lo que puede generar complicaciones.
  • Convenios de doble imposición: Algunos países tienen acuerdos para evitar que los herederos paguen impuestos en ambos lugares. Es recomendable informarse sobre estos convenios.

Trámites para recibir una herencia del extranjero

El proceso de gestionar una herencia del extranjero puede parecer complicado, pero es factible si se siguen los pasos adecuados. Algunos de los trámites necesarios incluyen:

  • Obtención del certificado de defunción: Este documento es fundamental para iniciar cualquier trámite sucesorio.
  • Testamento y declaración de herederos: Si existe un testamento, se debe presentar; de lo contrario, se deberá realizar una declaración de herederos.
  • Valoración de bienes: Es esencial conocer el valor de los bienes que se van a heredar para calcular los impuestos correspondientes.

Para facilitar estos procesos, es recomendable contar con asesoría profesional, especialmente si se trata de herencias internacionales. En AsesoraTech, ofrecemos el servicio de «Papeles Claros», donde puedes enviarnos tus documentos y recibir asesoría personalizada para aclarar la situación y gestionar los trámites necesarios de manera efectiva.

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